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viernes, 19 de abril de 2019

Cupido

No se si pasan las horas más despacio o si es que el tiempo, como un veleidoso dios antiguo, se distrae en la primavera de tu espalda. Me miras como si fuera verdad lo que estás diciendo. Me conmueve el esfuerzo de pintar estrellitas y duendes en la pared sórdida de la pasión. No necesitas dejar el cinismo en la mesa de noche. Puedes, sin ningún tipo de remordimiento, olvidar mis manos mis labios y mi nombre. Igual que ha hecho conmigo el angelillo inconstante y perdido que trata de unir almas en la vorágine de la modernidad, inocente, lúdico.

Desidia

Bebo la desidia de las pasiones sin que pasen mucho tiempo en los labios, como un licor amargo. No me permito hace años sacar el corazón del su refugio de mangle y montaña
¿No ves acaso que de esperar mi cama es más seca que esas pieles de sapo que ruedan en los caminos?

Las horas

Las horas pasan despacio sobre los árboles que se agitan con cadencia cuando el viento insolente les acaricia a la fuerza las ramas.
Que tonto se vuelve a esta edad guardar todavía esperanza.
Tu rostro dice tanto y más tu obstinado silencio.
Tus ojos se han endurecido con los años.
Cuando dices a veces, significa cuando tú quieras.
Nunca te ha importado en particular alguna cosa mía, mis miedos, mis libélulas en el cabello, mis manías.
No entiendes, no me escuchas.
Sin embargo te he dado tanto que algún día vendrás a mi, manso como los Ríos después de los aguaceros, cuando se han llevado todo

La ventana

Miro por la ventana. Aún algún pajarillo desvelado anda buscando el nido. El cielo parece una acuarela desgastada. La brisa corre despacio y con cadencia. Trae una brizna de frío que calma esta humedad viscosa. 
Mi piel húmeda sigue buscando por las rendijas de la nocheboronitas de placeres perdidos. 
Huele a tu nombre a veces mezclado con el café de la tarde.
Imaginé una vez que llegabas tocabas la puerta, y me pedías algo tibio, y como ese pajarillo te guarecías de la nocheen el nido de mis manos. 
Pero aprendí a distinguir los sueños y las ilusiones de la verdad. 
El silencio lo interrumpe la jauría de la gente que llega del trabajo y abre los escandalosos portones. 
¿Dónde calmarás tu corazón de colibrí en estas noches secas ?
¿Dónde saciarás la sed de miradas eternas y silenciosas?
No es aquí, donde alguna vez hasta vos, calmaste la vorágine de culpa o la aplastante tristeza del olvido. 
Nunca pensé que llegaría el día en que le diría que ya te he perdonado por dejarme los labios agrietados y los ojos más cansados. 
Sin embargo si aparecieras, mi ventana ya estaría cerrada para vos tan infranqueable mente como para el polvo. 
Mi muerte pequeñita no te ha perdonado. 
Duerme su espíritu antiguo en las orillas de los ríos. Esperando la cabeza de agua que lo despierte y salir a morderte los pies.
Yo, que ya le pongo desesperanza a los días , ya no espero que nada me mueva, ni las tormentas, ni vos ni nada parecido.

Desde ahí

Desde el silencio en que nos puso la incompatibilidad de carácteres, hoy a pesar del radiante sol mi cielo se puso gris Sos arcilla y piedras, que entorpecen siempre la vuelta de los aguaceros al mar y  le van quitando la fuerza al agua tempestuosa convirtiéndola  en pantanos infectos llenos de zancudos y plantas parásitas malolientes.

Cantos de sirena

Ya probé los melifluos cantos de sirena de la pasión. Creí encontrar en ellos al menos un consuelo. Pero su suavidad ni por un momento calma el estruendoso silencio de la tarde. Las fierecillas dibujadas en tu espalda, tu voz disfrazada en otras voces, tus ojos apagados del color de la miel vieja. Tus labios cálidos. No , no es que no sean como vos. Tarde entendí que no hay forma de volver atrás. Que el destino me dibujo una senda sinuosa y solitaria en la que no estás. 
No estás. No me abrirás las puertas ni caminarás dichosos hacia la casa.
Hasta que me arranquen la esperanza que como monte crece debajo de las lozas de la realidad, creo que por costumbre sigo buscándote.

jueves, 28 de marzo de 2019

Vendrás

Las horas pasan despacio sobre los árboles que se agitan con cadencia cuando el viento insolente les acaricia a la fuerza las ramas.
Que tonto se vuelve a esta edad guardar todavía esperanza.
Tu rostro dice tanto y más tu obstinado silencio.
Tus ojos se han endurecido con los años.
Cuando dices a veces, significa cuando tú quieras.
Nunca te ha importado en particular alguna cosa mía, mis miedos, mis libélulas en el cabello, mis manías.
No entiendes, no me escuchas.
Sin embargo te he dado tanto que algún día vendrás a mi, manso como los Ríos después de los aguaceros, cuando se han llevado todo

Vos

En las sombras de las madrugada, el pasado baila en los tejados lejanos.  Vos y yo cuantas reglas incumplimos.
Ya perdí la cuenta de las deshoras
Y sigues aquí.
Conoces más de la cuenta las cargas de la noche. Las razones de mi insomnio.
Vos que has sufrido los reveses insolentes del mundo.  Sigues conmigo tomando a copa llena la amargura.
Y sos testigo , el amor tiene miles de formas . Y aunque a los 6 años es difícil saber para donde gira el destino, de alguna forma rara, henos aquí.  Bebiendo la madrugada. Testigo silencioso del dolor y la alegría.
Constante en El Rosario del tiempo, veleidoso y superficial como un dios antiguo.
Parte de mi, a tu pesar o al mío.
Camina conmigo.

La barra

Las letras de siempre.
El dolor escondido en el cuarto zarpe.
Llega el día en que casi nada duele.
Y estás aquí , conmigo. Cumpliendo la promesa que nunca hicimos, de ignorar la tristeza.
Que raro es de pronto darse cuenta, que el tiempo es salvaje e inocente como los dioses de los Ríos. Que las pasiones pasan como las tormentas. Y vos y yo, brincando las conveniencias, henos aquí, deshojando la madrugada y los años y el tiempo.La

Cupido

No se si pasan las horas más despacio o si es que el tiempo, como un veleidoso dios antiguo, se distrae en la primavera de tu espalda. 
Me miras como si fuera verdad lo que estás diciendo.
Me conmueve el esfuerzo de pintar estrellitas y duendes en la pared sórdida de la pasión.
No necesitas dejar el cinismo en la mesa de noche. Puedes, sin ningún tipo de remordimiento, olvidar mis manos mis labios y mi nombre.
Igual que ha hecho conmigo el angelillo inconstante y perdido que trata de unir almas en la vorágine de la modernidad, inocente, lúdico.

martes, 15 de enero de 2019

Cerros

Los cerros lejanos se desperezan también en la mañana, quitándose de encima la cobija de neblina,se dejan ver con todo su verde, desafiantes, fuertes. Sabiéndose inmortales no les preocupa si tratamos de conquistarlos. No llegaremos nunca a verlos caídos.

nche

La noche se desliza por las raras curvas de la madrugada y extrañamente el calor se mete en los huesos más rápido que la Ginebra.

Hay algo medio triste en el ambiente, y no, no sos vos aunque puedes ser bastante molesto.

Es como la ausencia del abrazo en la casa,
cuando se marchó el gato
un silencio largo en un día de lluvia
viajar horas sin hablar

Como un desamor muy viejo que llega de sorpresa a tomar café.

Esperanza

Ya no me atrevía a llamar a los colibríes y a las libélulas a la casa. Las mariposas han vuelto.
Merodean los angelillos verdes de la montaña cerca de mi ventana.

Mis oídos de han abierto y están recordando el trino de los pájaros.
Ya las sombras no me persiguen debajo de los platos y los zapatos.
¡Has vuelto a mi! ¡Has vuelto a mi!
Y aunque vienes despacio, ya espantas a las angustias que tejían telarañas oscuras en mi rutina.
¡ Has vuelto a mi!
 ya me importa tan poco los ajetreos diarios de las apariencias, las rutinas gastadas, el silencio o la aridez pasmosa de las mañanas.

¡Has vuelto a mi!

Viento

El viento ruge lejano, como un llanto. 

Repite a veces nombres, fechas. Trae un olor lejano. El frío se mete por los rincones de la casa, el polvo va y viene libremente por mis pájaros. 
 
La libertad se ha vuelto muy solitarias y con los años, el ronroneo de las ramas de los árboles son mi compañía. 

Vuelvo de ser libre aquí, al hogar vacío que me espera.

Por usted cabalgaría un rato las colinas inexpugnables de  las apariencias y las conveniencias. Por usted faltaría a mí misma. 

Sin embargo no podría vivir con un espejismo. 

La realidad pasmosa me encontraría de nuevo atada a algo que no puedo tener. 

Mis ojos oscuros son comunes. Mis manos cansadas ya no tienen fuerza. Mi cuerpo es de madera vieja y cruda, no hay seda. Ya ni pasión me queda. Me da vergüenza. 

Entre luz

La línea entre el día y la noche se va diluyendo. 
Los árboles están igual de tristes, con las manos arriba pidiendo agua, pidiendo trinos de pájaros
.No es necesario que el dolor se encabrite cerros abajo. 
No hace falta que la desesperación desate la furia como un mar embravecido sobre la rutina de cada día. 
Ambos pueden ir a tomar café bajo la lluvia tranquilamente y fumar en la madrugada mientras que hablan del Pasado.

Igual va a doler los huesos igual la desesperación se va colgar de la ventana y enturbia al sol.

Vos

No,la frugalidad de las palabras o en lágrimas no es señal de una fortaleza extraordinaria .

Es que cuando importa no es necesario soltar los caballos de la desesperación colina abajo y que se quiebres las patas en loco desenfreno. 

A uno le puede mojar los pies el dolor como una marea que va subiendo suave e inevitablemente. 

No son menos expresivos los nudos de garganta por estar situados más adentro.

Así no somos nosotros. No de palabras. No de dejar entrever más allá de lo indispensable. No de canciones de cuna y rezar las cuentas del tiempo. Solo quiero verte sonreír otra vez.

Noctunos

Oigo los pájaros nocturnos. Me asustaría si no supiera que son ellos. Parecen voces atrapadas en el pasado. Erizan la piel con su vuelo silencioso. El olor de las flores nocturnas embriaga. Todo se mueve más lento. Tenía razón quien dijo que el día y la noche son lugares muy diferentes. En el fondo seguimos siendo animales diurnos, la noche, si ya no nos da miedo, nos fascina como lo prohibido. No se la puede domar con la luz mortecina de los filamentos incandescentes. Es como un gato oscuro.

Tiempo

Tal vez no tenga tiempo. Este se ha vuelto contra mi.
No sé si podré pintarte una sonrisa una vez más. Decirte que me parezco más a ti de lo que me gusta admitir. Que ahora te entiendo y
de nada me ha servido el corazón que me pusiste, que no ha sido culpa tuya.
lo poco que se, no lo aprendí sola.
observarte para bien o para mal ha dejado en la mesa un poco de sabiduría.

Se me ha ido la vida dando vueltas, luchando conmigo.
Lamento no poder entenderte más, no lograr devolverte nada.
Quisiera poder pedirte que me esperes. Pero no quiero llenarte más de dudas. Que en tus ojos apagados veo claramente a tus sueños dormidos. El tiempo se ha vuelto contra nosotros.

Ausencia

No, no era la ausencia del canto de las cigarras.
No es la neblina ni la humedad del medio día.
No es que no haya visto colibríes y libélulas.

Es que no te escuche peleando con la rutina. Busqué tras la puerta tu voz.
No es que haga frío de noche. No es que el sol no juegue con los árboles en la mañana.

No está tu sonrisa.

Esa es la ausencia, la falta el frío y la neblina que me invade hoy.

Brumas

Se supone que ya acabó la lluvia, pero el velo de la neblina aún no acaba. Ya en sueños la mitad de los pecados se aparecen. Y no, nunca he tenido paciencia para pedir perdón al pasado no a nadie. Todos mis errores me son queridos. 
Sin embargo a vos, si te debo una disculpa. Por haber creido que el mundo todavía era muy grande. Por tener miedo. Por pensar que no podía ser cierto lo que ponías en las manos. Tuviste que cargar con mis demonios un par de años, con mi oscuridad. Y solo me dabas ternnura. 
No es que piense en eso siempre, sería mentir.
Pero hoy habían rosas lila.
Y siempre me recuerdan que hubo alguien bueno. Me echan en cara mi desidia de aquellos años.


Solo espero que después de que me fui la alegría se cuele en tu pelo negro, que los dolores de la vida no te duelan tanto y que encuentres un alma suficientemente buena. Y espero que nunca te conformes con menos. 

Manos 2


Manos gastadas, pesadas. Ya no tienen huellas de la pasión dejada atrás hace años. Sin embargo pueden despertar si les hablas. La memoria de la piel es como una animal salvaje y dormido. Pueden todavía recorrer indomables  cuerpos. Pueden subir de nuevo las colinas inexpugnables del deseo. También pueden hacer café, y si te portas demasiado demasiado bien pueden plancharte las camisas en la mañana.
Lo que no puedes es mentirles o tratar de engatusarlas con encanto. 
Ya responden sólo a la sinceridad cruda de la lujuria o a la realidad pasmosa de los lunes de 7 días.
Las desperdicias si pretendes engañarlas.
Saben recorrer lo más escondido de tu cuerpo y lo más oculto de tus miedos.
De moral o maledicencias no saben.Así que no las limites.
Bésalas y una parte de ellas será tuya para siempre.


Lastímalas y tendrás una sombra en la alegría hasta que se acaben los rosarios del tiempo.

Manos


Manos gastadas, pesadas. Ya no tienen huellas de la pasión dejada atrás hace años. Sin embargo pueden despertar si les hablas. La memoria de la piel es como una animal salvaje y dormido. Pueden todavía recorrer indomables las palabras como cuerpos. Pueden subir de nuevo las colinas inexpugnables del deseo. También pueden hacer café, y si te portas demasiado demasiado bien pueden plancharte las camisas en la mañana.
Lo que no puedes es mentirles o tratar de engatusarlas con encanto. Ya responden solo a la sinceridad cruda de la lujuria o a la realidad pasmosa de los lunes de7 días.
Las desperdicias si pretendes engañarlas.
Saben recorrer lo más escondido de tu cuerpo y lo más oculto de tus miedos.
Pero de moral o maledicencias no saben.
Así que no las limites.
Bésalas u una parte de ellas será tuya para siempre.


Lastime las y tendrá una sombra en la alegría hasta que se acaben los rosarios del tiempo.

Ilusiones 1

No importa que tanto se entierren los sueños. Siempre en algún momento una palabra, un celaje una sonrisa los traen de pronto de vuelta. Y es tonto por qué la panza  da una vuelta de carreta por algo que no ha pasado. Es que los sueños, las ilusiones tienen la mala costumbre de arraigarse como un matapalo casi del aire, en los años en que el corazón y la mudanza eran ligeros. Cuando la amargura vivía en otras caras y no en el espejo de antes del café. Y hay noches de insomnio en que no te convences ni a ti mismo que añoras un poco tener ilusiones y sueños enredándose en el pelo. Hay noches en que quisieras que se hayan quedado, que no se marcharan cuando el Amor y la esperanza se burlaron de ti y les cerraste las ventanas para siempre.

Dormilona

He dejado pasar los años como agua sobre los techos. Oculté la pasión debajo de manglares y manglares de rutina, no sea que un día se despierte y me quite el sueño. Los deseos y las alegrías se han hecho modositas como las mujeres que por no ofender a nadie no mueven las caderas cuando bailan. He cerrado las ventanas, no sea que entre el amor como una cabeza de agua y me desordene los papeles otra vez cuando llueve. He disecado las ilusiones para que permanezcan sin alterarse y sin desteñirse. Y vos sigues ahí, escondido en algún árbol  riéndote de mi con tu risa de gato de cuento, susurrándome al oído que tal vez debería dejar la puerta abierta y soltarme el pelo. Sigues disfrutando cuando cierro el corazón y la casa de golpe, como las dormilonas.

Grillos

Bailan los cantos de los grillos en plena noche. Casi se puede tocar la nostalgia. No, no es una sumatoria de culpas. Hace años que las guardo con revistas viejas, para utilizarlas a conveniencia cuando empaque las begonias del patio. Oscuras son las flores de los recuerdos. Como golondrinas enlutadas y pequeñitas terminaron las expectativas. ¿Quien me acompaña ahora en el valle de la rutina insulsa? ¿Quién discutirá conmigo de que color se pinta el pelo el Olvido? Como lluvia sobre los techos. La cabeza de agua de la pasión todo lo encabritó, y de ella quedo solamente el barro pegajoso de la certidumbre que aburre hasta al silencio con su olor a manglar. A veces el demonio que aleja de mi todo aquello a lo que me he apegado se asoma en la luna perezosa de noviembre. Sigo buscando el hogar aunque ya no se para que. Nacemos algunos así, perdidos desde antes de emprender el viaje. Errantes en la suicida realidad. Tratando de calzar en todos los árboles del camino. Dejando para otros los frutos dulces del espejismo del éxito. Estorbando. A veces de la semana desearía encontrarme un pájaro sórdido y ciego que me lleve detrás del desdibujado limite de la conveniencia.

Eras vos

Me parece ver  tu sonrisa en la luna, escondiéndose de mí, jugando conmigo. Me parece ver tu sombra haciendo cabriolas entre los árboles. Un día pensé que ibas a tejer de incomodidades mi mustia rutina. Te he visto dibujado a veces ángel de las buenas costumbres en  amores diferentes, tu silueta marcada por los trazos indecisos de las alegrías pasajeras, que a estas alturas son parecidos a alegrones de burro. Lo que dejaste me alcanza para ser feliz todos los días un ratito, al calor del sol de enero y el pelo enredándose mientras camino. Aún puedo sonreír vivaz y honestamente, aún siento el corazón como un nido de pájaros entre las matas de café de hace muchos  años. Pero la esperanza, de eso no quedó ni la ceniza. Trato de ir al día con las gotas que caen por accidente desde los patios vecinos. Eras vos aquello que me ha sido vedado desde siempre, por el demonio que aleja de mi todo lo que amo. Ya no tienes forma, no has tenido nombre, te has escapado como arena de los dedos de mi destino. Eras vos quien me dibujaba los amaneceres en las pupilas, quien me hacía imaginar ciudades escondidas detrás de los cerros cuando el sol se pone. Era el alma que se secó la que sabe a herrumbre en la  boca cuando deseo a veces declarar una pasión violenta o las ganas de tomar café con vos en las mañanas.

Rebeldía

La rebeldía que me queda ya solo la conoce el peluquero. Ya no protesto ante injusticias con fieros discursos. Ya me di cuanta que soy igual de inútil hablando bien que no haciendo nada. Ya no tengo ganas de comerme el mundo. No. Me ha bastado con leerlo o verlo al alcance de la mano en tres o cuatro dimensiones.
El corazón pues no. Ese ya no lo ocupó tanto. Lo que me quedan me lo gastan la narices pequeñas de campanita que sacuden la casa con las risas y las preguntas incómodas.
Y el resto las ánimas casi tan pérdidas como yo, unidas por una sensibilidad oculta.
Ya no me queda fuerza.
Ya no me quedan ganas expuestas.
No sé si algo podría despertarlas. Mis esperanzas de han vuelto muy mundanas.
Ya no me acuerdo de que estaba soñando a menos que sea demasiado doloroso.


He envejecido antes de tiempo . Siento la soledad del aislamiento de los enemigos de a 90, que con tal de tener a alguien que los recuerde como eran, terminan inseparables

Decisión

No sé cómo interpretarlo.
Me saben amargos, muy amargos
tus deseos de felicidad.
Después de años y años de desconocernos
esperas que un mensaje acartonado y tieso
sea un puente entre tu conciencia y tu pasado.
Te has equivocado.
Escogiste con los ojos abiertos
Y no fui nunca tu prioridad .Te impuse sin querer mi compañía y no fue suficiente.
Pero no tienes derecho a ofrecerme
la bondad que te sobre.
Escogiste bien.

Viendo

Desde la esquina de siempre veo encabritarse los ríos de la pasión allá a lo lejos, sin que me moje ni los zapatos. Escucho historias que en el fondo son las mismas, cambian solo en la forma de contarse. 
Abstraída de la gente, de sus emociones a flor del próximo cóctel.
De los amores de novelas de revista. Me siento ajena al ruido mundanal de las copas llenas de vino barato que beben aquellos que desean estar por encima del alcohol en otras formas, como si eso quitara la insensatez de sus movimientos torpes y redondos.
¿Donde estás? 
Te espero en la misma esquina de siempre. Como si fueras a volver. Como si fueras a cruzar la calle en cualquier momento. Con los ojos más apagados que de costumbre, verte en cada engaño sistematizado de la memoria es mi condena. Pensar muy en el fondo que de algo sirvió. Creer que existes como los mounstruos de la infancia.



La espera

Hoy el sol asomó detrás de los dedos nudosos de los árboles. Pasan los años y el cambio de brisa trae nostalgia, frío. Y estás quién sabe dónde, esperándome. Y yo camino a diario por las rutinas para ver si te encuentro en el recodo de la menos pensada de las esquinas, ansiosa. Para ver si alguna vez se derrite la cera de las alas falsas y puedo ser la oruga en paz. No añoro las pasadas pasiones, los bríos encabritados del deseo. Quiero encontrar  donde el corazón repose, quiero encontrar un rincón apartado y a salvo de las sobrevaloradas apariencias y tejer como las arañas de los cafetales, mi hogar.

Sigues

Sigues aquí, como a veces, como en detalles molestos,como recordatorio de mis culpas y debilidades. Sigues aquí, Deseo, como si no fuera suficiente que el Olvido haya ocupado la cama de huéspedes y el Silencio me invada como cada lluvia. A veces vienes, cuando me duelen los huesos. A veces cuando el corazón me atonta, cuando las libélulas de las ilusiones se enredan en el pelo. Te veo en un recodo ya muy lejano de la culpa. 


Hace años juré llorarte antes de seguir permitiendo que me fueras desfigurando las pasiones e ignoro porque el destino me trae a veces remordimientos como los escombros que trae el mar en las tormentas. A veces no puedo creer que por una tibieza tan simple e insípida haya permitido que me importaras una vez, tanto. Pero así es la pasión, la fuerza de la cabeza de agua. Peor vos que no sabes más que calcular como hacer para no ir a dar más de lo necesario. Para que no se enteren los vecinos nunca entendiste . Te maldije de miles de formas muchas veces, pero cuando pasó el dolor, quite los embrujos y solo te he deseado alegría. A veces vuelves en cualquier detalle irrelevante recordarme que cualquiera puede ser ingenuo, cualquiera puede herir, cualquiera simplemente pasará.

Miércoles



No es bueno dejar salir a los demonios los miércoles .La ceniza a veces cubre el deseo, más de una vez las lágrimas regresan a su cauce. Se puede confundir a veces las personas y las cosas con otras, más antiguas, más queridas o profundas. Y uno cree que vuelve. Pero el pasado es un animal bastante salvaje que una vez que te bota no se deja montar otra vez.  Sólo se asoma y olfatea tus pasos en días calurosos y lluviosos.

Frío

Entra un frío delgado por debajo de la puerta
y por las celosías se cuela el lamento de los árboles
que se quejan por que el viento
les dobla la espalda.
Tu nombre cayó en mi día
como una negra y desafortunada mosca.
Y es poco el consuelo
que dejan las amargaguras que cuelgan de tu


espantoso silencio.

Copito

No compusiste canciones, ni siquiera las cantabas para mí. No recuerdo que especialmente tuviésemos esas escenas de película. Recuerdo la pueril y genuina alegría de verte llegar. Recuerdo pelear por tu mano con coscorrones y tener que cederla a los más chiquitillos. No recuerdo discursos  épicos. Recuerdo muchos desacuerdos.  Formas de ver el mundo muy muy diferente. Aún me hace gracia que tu relación con la tecnología sea más complicada que los amores de mi vida. No recuerdo el día en que no me amaras. En que tu olor espantara al coco, y las sombras de las ramas de los árboles. Me diste los ojos pequeñitos, un corazón de pollo. No, no puedo decirte estas cosas, por que así no hablamos nosotros.  Por qué estoy segura que esto no lo leerás nunca. Solo quisiera, que como tu olor en la infancia, todo esto te llegue hasta el sétimo piso. Simple. Así con las luces estorbosas y lejanas. Con tomarte la mano de lejos. Ojalá pudiera decir algo para que decidieras ignorar a los males del cuerpo. Pero así no hablamos nosotros. Siénteme. Quédate conmigo un poco. Para devolverte solo un poco.

Pronóstico

Se pronostica lluvia hoy. El piano de fondo es triste y me disuelve la alegría. Ven a mi, como antes, con la lluvia. Ven a mi, como cuando rezábamos para que siguiera lloviendo. Las aguas ahora son mansas y viejas, más turbias y profundas. Perfumadas del olor iridiscente del olvido.

Pasado 2

La lluvia calma un poco la verdadera tormenta . El pasado tiene la costumbre de estrellarse en  la ventana como los pájaros perdidos y sacude el polvo que ya se había sedimentado en los rincones. Se asoma por las paredes como colas de lagartija.  Y me recuerdan el hechizo que cuelga bajo mis ventanas desde que tengo memoria, aquel que aleja de mi todo. Amas a las alas de la mariposa pero olvidas a la oruga que las sostiene. No me hizo gracia descubrir que mi tibieza y mis manos no son suficientes. Otra vez me engañan los cantos de sirena de la esperanza. Tu no tienes la culpa de ignorar a mis demonios, pero pudiste tener la cortesía de irte por el camino de los árboles que cantan con la brisa y quedarte sonriéndome de lejos cuando escucho boleros. Un recuerdo cálido entre las begonias. Pudiste ser un ayer decente sin que me hiriera la decepción que echaba a perder mi café como el azúcar.

Razones

No. No es que no sé reconocer la belleza. Es que no la ando buscando. No, no es que no añore a la pasión tropezándose en la acera descalza de vez en cuando cuando la premura le gana a la elegancia. No, no me avergüenzo ni un poquito de los errores que he cometido, me son más bien queridos. No es que tenga el alma amarga; es que no es tan común encontrar la alegría genuina y pura en los rincones empolvados de la rutina. Es que a veces les falta grasa a las ruedas del tiempo. No, no es el corazón el que tengo seco. Es que no se puede ir por la vida tan feliz. Es indecente aparentar que satisfacen los desvaneos que la fortuna nos brinda. Las raíces no llegan a la poza de los ríos revueltos de hace años. Ya me falta fuerza. Solo los colibríes bulliciosos que estiran las manitas hacia mis cosas frágiles con genuino interés y los otros llenos de colores son capaces de hacerme sonreír. El viento no trae nombres ni voces ni nada más que polvo y ceniza. La lluvia es el consuelo a la sed de tener algo antiguo y querido.

Tentaciones

veces la conciencia y la tentación bailan como gatos de monte en celo, lamiendo la piel y luchan entre los árboles y asustan a los pájaros nocturnos. A veces hacen una tregua. No se como decirte que decidas de una vez a cual hacerle caso. Si te quedas aquí no respondo. Que hacen falta muchas migajas para salir de la montaña oscura de mi casa. Que se me puede olvidar los catecismos y demás familiares. Que a la culpa la podemos mandar a comprar cigarros y pan en la mañana. Pero adoleces de falta de imaginación o exceso de prudencia. Creo que sabes que sale caro caminar sobre el hielo delgado del deseo cuando hay mucho que perder. Y como no tengo más que darte que el perfume de madera de mi piel, por que la libertad es demasiado solitaria y piensas en manos y risas más pequeñas que las mías , más importantes... Entonces en vez de verme a los ojos con tanta preocupación, baila conmigo en medio del humo de madrugada o huye mientras puedas.

Avispas

El pasado es un demonio de múltiples caras. A veces se aparece salvaje e indomable como un enjambre de avispas,pero casi siempre es indetectable como las larvas de insectos parásitos. Y no es bueno regresar a él, ni en pensamiento, mas no se puede hacer nada cuando se ha seguido sin querer sus cantos de sirena. Queda al menos un par de días rondando la cabeza.

Clibríes 2

A mi pesar, los pequeños pájaros que observo mientras tomo un café me alegran.Es que se meten como pequeños espíritus lúdicos por en medio de mi sarcasmo habitual. Es que me recuerdan manos muy traviesas,trompa rosada y un par de ojos que parecen un enorme signo de interrogación, negros y pequeñitos. Y me desarman todas las razones que pueda tener para ahogarme en el caos nuestro de cada día. Tal vez no me entienda cuando este más grande y le diga, que para mi es como los comemaiz de mis mañanas. Espero que nunca me entienda.

Rayerías

Tiemblan los cristales.
No es suficiente saber por qué los destellos cegadores se cuelan por las ventanas. 
Siguen dándonos miedo. 


 tiene buen olfato y huele la lluvia, puede  parte de todo. Igual de poderoso que la Tierra, a la que uno vuelve, siempre vuelve.

Amor prohibido

El sol va muriendo detrás de los cerros en un fondo de de color indescriptible. Los gavilancillos  se ven como criaturas mágicas suspendidos en el tiempo. La realidad es un lugar distinto cada día. Seria mejor seguir imaginando ciudades dormidas tras el sol teñidas de rosa y oro, como en aquellos días en que todas las palabras eran ciertas, todas las personas eran buenas y podía verte a los ojos y leerte la risa de las mañanas. Pero nadie volvió a necesitar mis manos cálidas, desde aquellos días en que podía saber con la certeza pueril que en medio de la rutina una mirada tuya me abrigaba del viento y la insipidez. Amor prohibido, muy prohibido ya no te das tiempo de buscarme. Sin perder la apuesta diría que tienes miedo de necesitarme a pesar de ti.

Vívido

Cuantas veces más los sueños me jugarán malas pasadas.
Te vi venir hacia mi, con los brazos abiertos.  Y decías que hasta no reconocerme no podía ser real. 
Y no, no era. Me desperté con un abrazo falso.
Una idiotez que se repite a veces cuando estoy biológicamente nostálgica. 
No puedo creer que todavía recuerde esos dolores, esas ilusiones cuando estoy inconsciente. 
No es a el. 
Es la falta de un beso cálido. De un abrazo sincero. 
Mi mente pone su rostro  por que fue el único que ame a tal grado de diluirme en el río revuelto de las circunstancias.
Porque uno se siente a veces muy incorforme con el destino.
Sigue siendo la soledad un dolor, a veces, demasiado vívido al despertar en la mañana.

Octubre 1

Una vez en octubre, rezaba para que siguiera lloviendo. Una vez las golondrinas de las ilusiones se arremolinaban en los árboles y la neblina era tibia. Después pasaron las tormentas y las cabezas de agua. Y las esperanzas , las libélulas y los comemaiz de mi espíritu se fueron escapando. Las manos se agotaron y los colibríes dejaron de buscar en mi pecho la dulzura.
Pero todo pasa, y después del Río turbulento del tiempo, estoy aquí en relativa paz. A veces me siguen alegrando el día los pájaros pequeños. Todavía me encanta ver llover.

Matapalo

Como un matapalo la nostalgia se cuela en el lluvioso octubre, vos te fuiste, llego una niebla difícil de atravesar a punta de silencio. Y vos llegaste a recordarme que una vez, todos los pájaros pequeños se arremolinaron en la mesa, y a recordarme que los deje ir.

Pasado 1

El pasado puede brincarte desde los sitios más inimaginables. De pronto sientes en los huesos en la carne el mismo dolor, el mismo desaliento, el mismo sentimiento de derrota. Como ver sobre el anochecer una bandada de cuervos que todo lo inunde por un instante. Todas las líneas que construiste para salvaguardar el olvido se difuminaban en el vuelo cansado de los pájaros negros que vuelan a casa

Hogar

Hoy el sol asomó detrás de los dedos nudosos de los árboles. Pasan los años y el cambio de brisa trae nostalgia, frío. Y estás quién sabe dónde, esperándome. Y yo camino a diario por las rutinas para ver si te encuentro en el recodo de la menos pensada de las esquinas, ansiosa. Para ver si alguna vez se derrite la cera de las alas falsas y puedo ser la oruga en paz. No añoro las pasadas pasiones, los bríos encabritados del deseo. Quiero encontrar  donde el corazón repose, quiero encontrar un rincón apartado y a salvo de las sobrevaloradas apariencias y tejer como las arañas de los cafetales, mi hogar.

Los puentes

Todo se va disolviendo.
El pasado va quemando los puentes cuando camina. Nos deja si, deseos,imágenes grabadas por todos los olores y las ramas nudosas de los árboles. Ganas de regresar a tardes de neblina. Olor a café. Silencios. Remordimientos. Los errores a veces pasan por la cabeza como enjambres de negras avispas. Pero a veces también las alegrías se devuelven y se enredan en el pelo, un ratito. Lo suficiente para darle un pellizco de pan a la nostalgia.

Enterrados

No importa que tanto se entierren los sueños. Siempre en algún momento una palabra, un celaje una sonrisa los traen de pronto de vuelta. Y es tonto por qué la panza  da una vuelta de carreta por algo que no ha pasado. Es que los sueños, las ilusiones tienen la mala costumbre de arraigarse como un matapalo casi del aire, en los años en que el corazón y la mudanza eran ligeros. Cuando la amargura vivía en otras caras y no en el espejo de antes del café. Y hay noches de insomnio en que no te convences ni a ti mismo que añoras un poco tener ilusiones y sueños enredándose en el pelo. Hay noches en que quisieras que se hayan quedado, que no se marcharan cuando el Amor y la esperanza se burlaron de ti y les cerraste las ventanas para siempre.

Mariposas

Pasan las mariposas sobre las flores oscuras que huelen a zacate recién cortado. No todo en la vida son rosas. Encontrar¿ dónde encontrar los cordones viejos y la inocencia párvula de hace años?
En mi madera vieja he de escribir tu nombre. Duende travieso. Los caballitos de mar han de devolver me algún día la risa. Y cuando vuelva ya no estarás solo.

Baila

En el íntimo lugar  que existe entre ellos y yo suena música y los pies no lo resisten y se retuercen con entusiasmo pueril bajo la mesa. Pero ellos están allá demasiado lejos.  Ignorantes de la nostalgia. Ignorantes de mi.

Definiciones

"La pasión es una fuerza de la naturaleza, parecida a un río crecido por las lluvias, que distrae, que enajena, que seduce. Le da vuelta a las prioridades y a los muebles, nos atrae con un olor primitivo y salvaje. Nos vuelve torpes y vulnerables. Pero sin pasión, no hay vida que merezca llamarse tal. Sin embargo, pasa, como los temporales, y generalmente deja un desorden cuando se acaba. Ella no es eterna, pero su recuerdo si."

Henos aquí

Aunque haya pasado por aquí tantas veces, todo lugar puede volverse un día difuso . Cuando faltan tus manos hurgando en la caja de cigarrillos y tu risa amplia y franca. Cuando hay otro perfume rodeando los bancos de siempre. Lo bueno es que así como ya la noche no se desenvuelve igual, hay esperanza, de que un día la ausencia y la nostalgia también se pierdan un día y no me encuentren.
Como gaviotas perdidas en su rumbo al mar, mis pensamientos dan palos de ciego tras el rastro de tus ojos.   
La efímera alegría que me diste, llenó todo por un instante como el vaho de la tierra cuando recibe la lluvia después de extrañarla muchos veranos.
Henos aquí.
Sintiendo los mismos dolores en diferentes formas. Escapando de las rutinas y las sombras apurando el vaso medio lleno del olvido.

Mandarinas

A veces daría algunas cosas por comerme las mandarinas con la mitad del entusiasmo pueril de la inocencia. Esa que no vuelva nunca a asomar las pecas entre los pies.
Cuando la lluvia únicamente evocaba charcos que brincar. 
Cuando el corazón, la piel y los pies eran ligeros como ternerillos que sueltan en el potrero. 

El amor

Desde la esquina de siempre veo encabritarse los ríos de la pasión allá a lo lejos, sin que me moje ni los zapatos. Escucho historias que en el fondo son las mismas, cambian solo en la forma de contarse.
Abstraída de la gente, de sus emociones a flor del próximo cóctel.
De los amores de novelas de revista. Me siento ajena al ruido mundanal de las copas llenas de vino barato que beben aquellos que desean estar por encima del alcohol en otras formas, como si eso quitara la insensatez de sus movimientos torpes y redondos.
¿Donde estás?
Te espero en la misma esquina de siempre. Como si fueras a volver. Como si fueras a cruzar la calle en cualquier momento. Con los ojos más apagados que de costumbre, verte en cada engaño sistematizado de la memoria es mi condena. Pensar muy en el fondo que de algo sirvió. Creer que existes como los mounstruos de la infancia.

Estación lluviosa

Siempre vuelve. No importa si tienes ganas de oírla. Siempre habla. Con un murmullo suave en las hojas de los árboles, con un estruendo diabólico en los tejados.
Siempre me recordará a vos. A mi, a los duendecillos con manos como colibríes. 
Al pasado.
Todo es un ciclo divino de vida, lluvia, suelos y muerte.
Aun así la existencia es tan frágil como el equilibrio de los taludes en tardes de aguaceros interminables.
Aun así no se sabe que encontraremos cuando los Ríos vuelvan a su cauce.

Ceniza

La lluvia no se decide llegar de lleno. La ceniza del tiempo se ha vuelto más física estos días que la tierra nos recuerda que llevamos la de perder. El calor entorpece al cuerpo y el espíritu trata de sobrevivir sin los cantos de yigüirros. No no es hastío. Es lo de siempre. Yo cuento los años como los árboles dependiendo de los inviernos. El corazón  guarda un empecinado silencio.

Colibríes de mayo

La alegría brinca como un niño en los charcos que ha dejado el aguacero.  Y es que al final del día vi colibríes de colores  y el corazón se devolvió 30 años. Y pensé que no importa cuantos inviernos mojen mis zapatos, en el fondo uno no cambia. Y por más  cinismo que tome con el café, no pude ,no quise quitarme la sonrisa que me colgaron los diablillos de plumas en los labios.

Tequila

La lluvia confunde,recuerda las pasiones que alguna vez, como una cabeza de agua salvaje y encabritada arrasaron la inocencia destruyendo todo a su paso, lo cual es divertido si se va montado en la colinas del deseo. Pero arrulla como si pájaros pequeños enjaulados cantarán en la ventana de la rutina y da ganas de llorar sin motivo.
Falta que entibie el corazón algo de chocolate y tequila.

Vuelve

Las aves nocturnas cuelan sus sombras por las celosías mal cerradas. Cantos de civilización y tormento suben como un sopor pegajoso, vivo, real. Caminan los miedos por las paredes como patas de lagartija al mover los muebles. La realidad tiene colas de escorpiones y como alacranes asoma los dedos la impotencia. Ni los cerros allá a lo lejos me ofrecen algo de consuelo.
Solo deseo por tu voz peleando con la casa. Quiero que me pidas veinte veces lo mismo. Quiero ver tus dedotes pasar por las tazas como una medida analítica y exacta de cuánto café falta. Quiero alcanzarte las cosas que pierdes todos los días. Quiero tener desacuerdos con vos. Soy capaz de planchar todas las camisas. Vuelve a mi. Vuelve a mi. Que el silencio que compartimos los domingos aburridos no lo cambio ni por toda la tempestuosidad del éxito efímero de las apariencias. Vuelve a mi, vuelve a mi.

La búsqueda

Busco unos ojos claros detrás de las colinas distantes que se dibujan tras las nubes negras de la lluvia. Unos ojos más bien dulces, aunque miren amargo. Llenos de la luz de la inocencia. Una boca seca de tanto dar. Una lengua sabia, unas manos ávidas de oscuridad. Unos labios en los que habite la alegría. Una voz antigua, profunda. Un olor dulce a melancolía. Una pasión apagada, una piel de piedra y madera.

Prístino

Alguna vez alguien pudo entrever mis sueños y soñarlos un poco conmigo. Cuando el afecto era prístino y loco se iba con cualquiera como los cachorros. Alguna vez  fui madera , aguacero, vida.  Hace tiempo, mucho tiempo hasta dejaron flores en mi puerta. El destino me mostró alguna vez una cara sonriente. Pero llegaron el invierno, la realidad y la apatía. El cinismo lo fue pintando todo en gris. Crecí para descubrir que los aguaceros vienen in vivo. Las flores nunca regresaron a mi puerta