El pasado es un demonio de múltiples caras. A veces se aparece salvaje e indomable como un enjambre de avispas,pero casi siempre es indetectable como las larvas de insectos parásitos. Y no es bueno regresar a él, ni en pensamiento, mas no se puede hacer nada cuando se ha seguido sin querer sus cantos de sirena. Queda al menos un par de días rondando la cabeza.
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