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martes, 15 de enero de 2019
Pasado 2
La lluvia calma un poco la verdadera tormenta . El pasado tiene la costumbre de estrellarse en la ventana como los pájaros perdidos y sacude el polvo que ya se había sedimentado en los rincones. Se asoma por las paredes como colas de lagartija. Y me recuerdan el hechizo que cuelga bajo mis ventanas desde que tengo memoria, aquel que aleja de mi todo. Amas a las alas de la mariposa pero olvidas a la oruga que las sostiene. No me hizo gracia descubrir que mi tibieza y mis manos no son suficientes. Otra vez me engañan los cantos de sirena de la esperanza. Tu no tienes la culpa de ignorar a mis demonios, pero pudiste tener la cortesía de irte por el camino de los árboles que cantan con la brisa y quedarte sonriéndome de lejos cuando escucho boleros. Un recuerdo cálido entre las begonias. Pudiste ser un ayer decente sin que me hiriera la decepción que echaba a perder mi café como el azúcar.
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