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jueves, 28 de marzo de 2019

Cupido

No se si pasan las horas más despacio o si es que el tiempo, como un veleidoso dios antiguo, se distrae en la primavera de tu espalda. 
Me miras como si fuera verdad lo que estás diciendo.
Me conmueve el esfuerzo de pintar estrellitas y duendes en la pared sórdida de la pasión.
No necesitas dejar el cinismo en la mesa de noche. Puedes, sin ningún tipo de remordimiento, olvidar mis manos mis labios y mi nombre.
Igual que ha hecho conmigo el angelillo inconstante y perdido que trata de unir almas en la vorágine de la modernidad, inocente, lúdico.

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