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domingo, 18 de septiembre de 2011

El pasado.

A veces, uno se amarra al pasado
para no escuchar los cantos de sirena
que lejanos,
perdidos en la bruma de la incertidummbre,
el destino tararea con voz siseante.

Mi alma sigue amarrada al mástil, mientras mis sueños se tapan los oidos con cera,
Los mares tenebrosos eran los mismos de siempre,
pero yo tenía pintado en los ojos el miedo.

Me siento en la orilla, libre ya de cadenas, viendo todas las vidas posibles
dibujándose en el agua ,
y estoy a sólo un paso de lanzarme.

Y sin embargo aún me duelen las manos
aún me da frío
aún soy débil.