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jueves, 1 de agosto de 2013

El bosque oscuro (1993) Parte III

Las ciudad se veia más gris todavía, por efecto de la lluvia. Las carretas avanzaban muy despacio hacia el cuartel que habían acondicionado para los prosioneros venidos de todos lados. Parteras, adivinadores,  vendadores de hierbas, todo aquel que habia despertado miedo o envidia estaba confinado en las enormes pabellones de piedra. Los juicios debían ser públicos, y los místicos decían que el escarmiento de esas gentes iba a librar de la plaga. Fiebre, muerte inevitable una vez u e empezaba.
Manchas en el cuello, moretones. Eran una sentencia firmada. Las personas se consumían en un par de semanas.
Los priores y obispos contaban de avistamientos de sombras que iban entre las casas de los enfermos. Cascos de bestias en galopes salvajes, en media ciudad, cuando los guardas confrmaban que no había nadie. Música extraña de intrumentosdesconocidos en las plazas a media noche. Muerte y maldad invadía todos los rincones. Ni ceremonias sagradas se permitieron. Todo el mundo debía acatar el toque de queda.
Hester había adelgazado considerablemente. Su bonito rostro se veía maliciento.Su  hermoso pelo rojo estaba sin brillo, quebradizo.
Por ser más joven, calcularon que podía soportar mas tiempo las condiciones de  la prisión más tiempo, asi que la colocaron en las celdas del fondo que estaban cerca del establo. La idea era ir sacando a las más viejas, que apenas habían soportado el vieje, para que las juzgaran rápidamente.La comida escaseaba y no la desperdiciarian en condenados. Pero por cuestiones de salubridad no podían permitir que se propagaran más plagas en la ciudad y concienzudamente las acomodaron según lo que esperaba que sobrevivieran.
Todos los días decenas de personas se ahorcabanen la plaza mayor, presididos por las sacerdotisas y místicos más importantes de la ciudad, y eran enterrados en un enorme fosa común donde los cuerpos eran quemados antes de enterrarse. el fuego es liberador.
Como la plaga no disminuia, propusieron que la horca no era suficiente. Comenzaron a degollar a los condenados y dejarlos morir desangrados.
Los gritos podía oirlos Hester, y casi cualquiera, a una enorme distancia. Ella trataba de no oirlos. Junto a los caballos y asnos, habia podido distinguir al lobero enorme. Y temió que lo descubrieran y lo mataran. Sin embargo era un perro listo. Se acrcaba a la ventaa de la celda por las noches, y le lamía las manos, y eso la reconfortaba. Ella no entendía de maldades, de pecados, de plagas. Sabia que la habian condenado por que le tenian miedo. Por que sospechaba que la gente se dió cuenta que ella podía ver cosas que aun no habían pasado, que a veces los árboles le hablaban. Que soñaba con secretos de las personas. Ella siempre lo ocultó, incluso a sus padres adoptivos. Ella aprendió a hablar haste que tuvo doce años. Lo que pasaba es que le daba miedo contar lo que veia, cuando era evidente que los sencillos campesinos no se percatabn de las bestias ocultas en el espejo y en el fuego que la asustaban todas las noches. Cuando fue mayor , las visiones se hicieron menores, y ya no eran tan terribles. ¿pero cómo se habían enterado?
Bordaba y desbordaba pajaros en el reves de la falda, y de todas sus ropas haste que toda ella estuvo llena de animales míticos, arboles y altares.
Por fin, noto que un dia se llevaron a las mujeres de la celda contigua. Al otro dia sería su turno. Esa noche casi no durmió, soñó que cabalgaba en un enorme caballo púrpura, que se topaba a las personas y les besaba el cuello, y con cada beso, su fuerza aumentaba.
Soñó que el caballo hablaba y ella  le decía Padre. Pero ella estaba hermosísima, vestida con ricos paños, con sedas bordades en numerosas capas cn todo tipo de piedras preciosas como adorno. El la llamaba en la oscuridad, y ella le buscaba. Sin embargo tenia la sensación de que no era ella.