Las letras de siempre.
El dolor escondido en el cuarto zarpe.
Llega el día en que casi nada duele.
Y estás aquí , conmigo. Cumpliendo la promesa que nunca hicimos, de ignorar la tristeza.
Que raro es de pronto darse cuenta, que el tiempo es salvaje e inocente como los dioses de los Ríos. Que las pasiones pasan como las tormentas. Y vos y yo, brincando las conveniencias, henos aquí, deshojando la madrugada y los años y el tiempo.La
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