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lunes, 28 de septiembre de 2015

Ángel de las buenas costumbres

Después de ti, Ángel de las buenas costumbres, no volvió nunca más la pasión a tocar mi puerta con la intensidad de los aguaceros en la ventana. Después de ti mi corazón se escondió en una montaña lejana con los dioses y diosas de los ríos y las mareas. Y es que después de ti no quise nunca más entregar mis manos o mis libélulas a nadie. Y en absurdo amanecer del vino y de mostrar la suficiente felicidad para que no se den cuenta los vecinos, no hay minuto que no hubiese quer...ido que tu voz me saludara a entrar a la casa, gris para siempre. Y es que aunque el
Amor tenga miles de formas, el color a celaje de invierno sólo lo iba a encontrar en ti. Ángel de los aguaceros tanto llovieron sobre mi las tardes lejanas, las culpas , los remordimientos los podría, que se erosionó la esperanza y no queda más que aguas turbias como un manglar estéril. Al menos todavía trato de vivir la alegría como un cuadro impresionista, todavía me conmueven enormemente las ocurrencias de los niños pequeños y encuentro paz en el verde.

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