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lunes, 15 de noviembre de 2010
Rutinas
Se pueden cortar,
se pueden coser unas a otras
como mantas de abuela,
Se pueden hilvanar como los collares
o los rosarios.
Se pueden acumular en los rincones como el polvo,
como las cartas de oficio sin archivar.
Se pueden usar para tapizar las paredes y los calendarios,
se pueden tejer como bufandas,
se pueden lavar y colgar como las amarguras.
Se pueden llegar a amar desesperadamente,
y pueden ser a veces la única razón.
Lo que no se puede es huir de ellas,
no se puede ignorarlas,
por que crecen como mala hierba
en las pasiones,
en las ilusiones
en los muebles de la casa,
en todos los proyectos,
en los sueños,
en los amores.
Entonces, en vez de tratar de evitarlas,
es mejor hacerlas a gusto,
con caricias, con corazones de papel,
Con calma,
con cafés bien degustados,
con cigarros fumados a medias.
con anocheceres
sin nostalgias...
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