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domingo, 30 de enero de 2011

Tentaciones

Cuando la tristeza nos deja sin aliento,
las tentaciones nacen en los rincones
aprovechándose de la débil consciencia,
y nos llaman con voces ancestrales.
Y uno tiene dos caminos ,
irse a bailar con ellas
hasta que el sol las vuelva de piedra;
o esconderse de ellas como si fueran lagartijas oscuras
y tenebrosas que asoman la cola en las paredes
y en las sombras
hasta que se vayan.
Lo único malo estriba
en que en cualquiera de los dos casos,
uno se arrepiente.

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