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viernes, 7 de enero de 2011

Ciclo

La lluvia no se decide a irse
y el frío
juega escondido en las esquinas.
La melancolía se brinca los semáforos
y se mete de lleno en la casa
sin que nadie pueda detenerla.
Y mientras hago nuevos propósitos,
el pasado brinca en los charcos
y me pringa la ropa y la piel de recuerdos.
Ya las estrellas se ven
cuando no hay luna
Y las pasiones se ven de lejos.
Empezará pronto el silencio
a comerse as hojas de los árboles
como las hormigas,
y las palabras se iran secando como los jardines.
El sol azotará los techos
con un látigo picante y amarillo.
Y después ,
lloverá como si el mundo
sirviera sólo para llover
y las cabezas de agua
lo destruirán todo.
La vida seguirá bailando
entre ese ciclo interminable
de sol y lluvia.
Por suerte,
en ésta tierra,
hasta debajo de las piedras crecen las cosas,
y nos recuerda,
que nada es eterno ni indispensable
que siempre florece,
con deseo visceral de tocar el cielo.

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