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martes, 30 de julio de 2013

Malas hierbas

A veces las ilusiones nacen como malas hierbas
al empezar el invierno,
inoportunas, inesperadas,
y no queda de otra que arrancarlas.

De tanto ronrronear en mi casa
en mi cama y anexos
mi soledad me aturde tanto,
que por un instante creí pertenecer a algo,
creí encontrar el lugar donde
pudiera reposar finalmente mi corazón.

Pero un hechizo que hay en el unbral de mi puerta
aleja de mi todo lo que amo,
desde siempre,
desde antes de octubre.

Un espejismo que cada ciclo
cambia de lugar.
La felicidad es una decisión
difícil de tomar.

Y ahora empezar otra vez
con las manos vacías.

Pero no puedo evitar tener
sentimientos encontrados,
como cuando uno se va de una casa
en la que ha vivido muchas cosas.
Como preguntarse que será de las begonias.

Mis demonios me han dicho la verdad
toda la vida,
no soy de este mundo.
No es aquí.
No puedes tener nada.
No puedes.

Odio darte la razón
cuando dijiste hace años
que no era suficiente.
Nunca he sido suficiente.




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