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martes, 15 de febrero de 2011

Evolución


Trabajar fue castigo
y sin imaginarlo,
nos dieron el alivio a la indolencia
que de otra forma
nos harían pensar demasiado.
Pensar a veces uno se cuestiona,
si fue distribuido equitativamente.
La conciencia
fue una consecuencia inevitable
de tratar de enseñar el bien y el mal.
La culpa fue un efecto adverso
de las consecuencias.
La moral es una serie de reglas
que se escribieron
para poderlas ignorar metódicamente
y para explicar las cosas
que no se entienden.
La palabra fue una forma elegante
de evitar los mordiscos.
El dinero fue un garrote más sutil
para dominar a la manada.
La serpiente se debe reír
al menos dos veces al día
cuando nos ve ingenuamente
seguir buscando el fruto prohibido
revolcándonos en el cieno
de nuestra propia invención.
Y el Edén debe respirar tranquilo
pues sus bosques y sus aguas
se salvaron de nuestra salvaje avaricia.
Y el Cielo, en su sabiduría
garantizó una serie de cosas
y para verlas
sólo hay que apagar al mundo
como si fuera un radio viejo.

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