-Cerrá las ventanas-
Gesto de limón ácido y consecuente cierre de la ventana. Un instante después,
la campana de viento que cuelga del marco de la puerta avisa la soledad
absoluta. La ciudad estaba ridículamente adornada de rojo sobre fondos nevados,
como si el termómetro no marcara 23°C y subiendo. Con pinta de burdel barato.
El olor a galletas y a portal de la vecina si le gusta. Ese sí que
recuerda a épocas felices, a manos y días
queridos. Estos pinos de plástico de ahora, sólo señalan el vacío.
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