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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Vuelves

Te llamo sin querer
como si invocara a un dios primitivo y travieso.
Mi corazón te sigue buscando.
Como una cabeza de agua,
revolviste mis sueños, mi casa
y yo sigo limpiando los libros, las palabras,
para ver si sobrevivo.
Sigo rezando bajito,
para que la ruleta del tiempo no juegue en tu contra.
Vos ignorando que de vez en cuando
tu recuerdo me molesta
como los zancudos,
sin acordarte siquiera
de los años que llovimos juntos.
Vuelves a mi,
sin proponértelo,
en silencio,
cuando las esperanzas se confunden de casa,
cuando la neblina se cuela en la puerta.
Espero que hasta el final
tu corazón esté lleno de alegría
y que un día ya no vuelvas.

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